sábado, 21 de junio de 2025

Cinco mitos sobre el Titanic que en realidad fueron creados por el cine

 



La película "Titanic" dirigida por el estadounidense James Cameron, original de 1997 y reeditada en 3D en 2012, nos recuerda que lo que mucha gente sabe de los acontecimientos de 14 de abril 1912 no proviene de un hecho histórico, sino de la pantalla grande.

¿Insumergible?

En la cinta, la madre de la protagonista mira hacia el barco desde el muelle de Southampton, una ciudad del sur de Inglaterra, y señala: "Así que este es el barco que dicen que es imposible de hundir".

Pero este es quizás el más grande mito que rodea al Titanic, dice Richard Howells, profesor de sociología cultural del King's College London, una universidad con sede en la capital británica.

"No es cierto que todo el mundo pensaba eso. Es un mito retrospectivo y genera una mejor historia".

Contrario a la interpretación popular, su propietaria, la naviera White Star Line, nunca hizo una declaración contundente de que el Titanic fuera insumergible.

Y, en realidad, nadie habló de que el barco era imposible de hundir hasta después del evento, sostiene Howells.

Aunque el hundimiento apareció mucho en los noticieros del cine mudo de la época, había muy poco material de archivo de la propia nave.

Esto porque el Titanic no fue una gran noticia antes de hundirse.

Su buque gemelo, el Olympic, le robó protagonismo en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York en 1911. Tenía el mismo capitán que el Titanic, recorrió el mismo camino, tenían las mismas instalaciones de seguridad y el mismo número de botes salvavidas, o los mismos faltantes.

"La historia se convirtió en mito en cuestión de horas y, obviamente, a días del hundimiento", asegura el profesor del King's College.

La última canción de la banda

Una de las más bellas imágenes que ofrecen en muchas de las películas sobre el Titanic es de la banda tocando mientras el barco se hunde.

La leyenda dice que los músicos permanecieron en cubierta en un intento de mantener en alto la moral de los pasajeros, y que la última melodía que tocaron fue el himno "Más cerca, mi Dios, a ti". También que ninguno de ellos sobrevivió y se convirtieron en héroes.

Simon McCallum, curador del archivo del British Film Institute, dice que los testimonios relatan que la banda tocó en la cubierta, pero hay un debate acerca de cuál fue la canción final.

"El pasajero que recordó ese himno en particular fue lo suficientemente afortunado para salir mucho tiempo antes de que el trasatlántico se hundiera. En realidad, nunca sabremos si los siete músicos murieron, pero es una licencia poética", dice McCallum.

Paul Louden-Brown, miembro de la Sociedad Histórica del Titanic que trabajó como consultor en la película de Cameron, dice que la escena de los músicos en la película de 1958 A Night To Remember era tan maravillosa que el director decidió repetirla.

La muerte del capitán Smith

Poco se sabe sobre las últimas horas del capitán Edward J. Smith, pero se le recuerda como el héroe, a pesar de aparentemente no haber atendido las advertencias y no frenar la nave cuando se le informó que había hielo en su camino.

"Él sabía cuántos pasajeros había en el barco y el número de espacios en los botes salvavidas y permitió que salieran parcialmente llenos", dice Louden-Brown, a quien no le gustan las representaciones excesivamente benévolas del capitán en el cine.

Se dice que el primer bote salvavidas, con una capacidad de 65 personas, contenía tan sólo 27 personas. Muchos de estos barcos salvavidas se fueron medio vacíos y no regresaron a recoger a los sobrevivientes.

"Smith es el responsable último de todas las fallas de la estructura de mando a bordo. Nadie más puede tener la culpa", añade Louden-Brown.

El capitán Smith no emitió una orden general de "abandonar el barco", lo que significa que muchos pasajeros no se dieron cuenta de que el Titanic estaba en peligro inminente. No había ningún plan para una evacuación ordenada, ni se hicieron simulacros de emergencia con antelación.

John Graves, del Museo Nacional Marítimo de Londres, está de acuerdo en que en esa fatídica noche "Smith parece haberse desvanecido en el éter". Él piensa que el capitán puede haberse traumatizado cuando se dio cuenta que no había botes salvavidas suficientes.

 


El empresario malvado

Las historias que rodean a J. Bruce Ismay, el presidente de la compañía que construyó el Titanic, son muchas pero casi todas se centran en las denuncias acerca de su supuesta cobardía al escapar del barco que se hundía, mientras que los demás pasajeros, especialmente mujeres y niños, fueron abandonados a su suerte.

Todos los guiones retratan a Ismay como un cobarde que intimidó al capitán para que condujera más rápido el barco y después salvó su propio pellejo al saltar al primer lugar disponible en un bote salvavidas.

"Cada cineasta ha encontrado que la traición es demasiado deliciosa para no incorporarla en su película", dice Paul Louden-Brown.

"Si nos remontamos adonde comenzó todo, llegamos hasta William Randolp Hearst, el magnate de los diarios en Estados Unidos. Él e Ismay habían roto relaciones cuando el segundo no cooperó con la prensa en relación a un accidente en otro barco de la White Star Line".

Ismay fue casi universalmente condenado en EE.UU. y Hearst orquestó una campaña contra él, tildándolo de "el bruto". Publicaron la lista de todos aquellos que murieron y en la columna de los sobrevivientes se leía un sólo nombre: Ismay.

Algunos sobrevivientes dijeron que subió al primer bote salvavidas, otros que pidió a su propia tripulación que se lo llevaran y el barbero del barco contó fue el propio oficial jefe el que lo puso en un barco.

Sin embargo, Lord Mersey, quien dirigió la investigación británica sobre el hundimiento en 1912, llegó a la conclusión de que Ismay había ayudado a muchos otros pasajeros antes de encontrar un lugar para sí mismo en el último bote salvavidas que salió de estribor.

"Si no hubiera saltado en él simplemente se hubiera añadido una vida más a las que se perdieron", dijo.

Louden-Brown cree que retratar a Ismay como el villano es injusto y así lo planteó cuando trabajaba como asesor de Cameron.

"Una cosa que me dijeron fue 'esto es lo que el público espera ver'", asegura.

Ismay nunca superó la vergüenza de saltar a un bote salvavidas y se retiró de la White Star Line en 1913.

Frances Wilson, autor de "Cómo sobrevivir al Titanic: El hundimiento del J. Bruce Ismay", dice que siente simpatía por él y lo ve como "un hombre común atrapado en circunstancias extraordinarias".

"Su desconcertante comportamiento en el Titanic se debió a la confusión en torno a su condición: ¿era un pasajero normal, como afirmaba, o como las investigaciones sugieren un "súper capitán"? Las personas a bordo actúan de acuerdo con su rango e Ismay no tenía ni idea de cual era el suyo".

Los pasajeros de tercera

Una de las escenas más emotivas de la película de Cameron retrata a los pasajeros de tercera clase retenidos bajo cubierta contra su voluntad, sin que se les permitiese llegar a los botes salvavidas.

 


Richard Howells argumenta que no existe ninguna evidencia histórica para apoyar esto.

Existían rejas que separaban a los pasajeros de tercera clase de los demás. Pero esto no era en previsión de un naufragio, sino en cumplimiento de las leyes de inmigración de Estados Unidos y la temida propagación de enfermedades infecciosas.

Los pasajeros de tercera clase incluían armenios, chinos, holandeses, italianos, rusos, escandinavos, sirios y británicos, quienes embarcaron en busca de una nueva vida en EE.UU.

"En virtud de la legislación estadounidense vigente, los inmigrantes tenían que ser mantenidos por separado. De manera que, antes de que atracara en Manhattan, el Titanic habría tenido que detenerse en la isla de Ellis, para que estos fueran sometidos a controles sanitarios y a los controles de inmigración", dice Howell.

Cada clase tenía acceso a su propia cubierta y a botes salvavidas asignados.

Aunque el factor crucial es que en la sección misma de tercera clase del barco no fueron almacenados botes salvavidas.

Los pasajeros de tercera clase tenían que encontrar su camino a través de un laberinto de pasillos y escaleras para llegar a la cubierta del barco. Los pasajeros de primera y segunda clase tenían más probabilidades de llegar a los botes salvavidas situados en la cubierta del barco.

El informe que se elaboró tras la investigación británica reveló que el Titanic estaba en conformidad con la ley de inmigración estadounidense en vigor en el momento y que las acusaciones de que los pasajeros de tercera clase fueron encerrados bajo cubierta eran falsas.

Mersey señaló que muchos pasajeros de tercera clase fueron "reacios" a abandonar el barco y a "desprenderse de su equipaje" y que tuvieron dificultades para llegar a los botes salvavidas.

Ninguna de las pruebas presentadas señaló alguna mala intención de obstruir a los pasajeros de tercera clase, sino más bien un descuido provocado por la obediencia ciega a las normas, aunque los resultados siguen siendo fatales.

Cuando los botes salvavidas finalmente se bajaron, los oficiales dieron la orden de que "las mujeres y los niños" debían ir primero. Así, se registró que 115 hombres de primera clase y 147 de segunda dieron un paso atrás para hacer espacio y como resultado murieron.

Ningún pasajero de tercera clase ofreció testimonio en la investigación británica, pero estuvieron representados por un abogado, W. D. Harbinson.

Éste llegó a la conclusión de que "no se dio ninguna evidencia en el curso de este caso para fundamentar una acusación de que se realizara algún intento para contener a los pasajeros de tercera clase".

Sin embargo, la clase hizo una diferencia: menos de un tercio de los pasajeros de tercera sobrevivieron.

Aunque las mujeres y los niños lo hicieron en mayor número en todas las clases, ya que se les dio prioridad en los botes salvavidas.

Titanic en la pantalla grande

Saved from the Titanic (EE.UU., 1912). Protagonizada por la sobreviviente Dorothy Gibson, supuestamente con el mismo vestido con el que había sido rescatada.

Atlantic (Reino Unido, 1929). La primera película sonora realizada sobre el desastre. No se refiere explícitamente al Titanic. La White Star Line lo prohibió.

Titanic(Alemania, 1943). El conocido como el "Titanic nazi", fue encargado por Joseph Goebbels, el ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945. En la película se asegura que el trasatlántico trató de establecer un récord de velocidad para manipular el precio de las acciones de la White Star Line. Se ignora la advertencia de un oficial alemán.

Titanic(EE.UU., 1953). Fue la primera historia de Hollywood sobre el barco. Su trama se centra en una pareja en el viaje inaugural del Titanic.


Fuente: 5 mitos que el cine ha creado sobre el Titanic, el legendario barco que se hundió en su viaje inaugural - BBC News Mundo

lunes, 2 de junio de 2025

Las malas criticas que recibio Star Wars en su debut en 1977

 



Star Wars es una de las franquicias de ciencia-ficción más populares de las ultimas décadas, y sigue siendo muy popular, a pesar de lo que youtubers clickbaiteros de mierda digan por Internet, ya saben, aquellos que repiten como loros que Star Wars esta muerto y requetemuerto, porque repetir eso atrae mas visitas que presentar buenos argumentos y análisis profundos.

Pero lo cierto es que, aunque la trilogía original fue muy bien recibida por el público y la crítica, una recepción positiva no fue unánime, aunque esto era esperable. Y a continuación algunas de las criticas menos positivas -varias de las cuales coincidían en encontrar la película algo o muy infantil y superficial- sobre el Episodio IV: Una Nueva esperanza.

De Pauline Keal (una crítica de cine muy conocida), en New Yorker:

Star Wars es como conseguir una caja de Cracker Jack, que es todo premios. Esta es la propia película del escritor y director George Lucas, sujeta a ninguna interferencia comercial, pero es una película que no está interesada en absoluto en nada que no conecte con la audiencia masiva. No hay respiro en la imagen, no hay lirismo; El único intento de belleza está en la doble puesta de sol. Es agradable en sus propios términos, pero también es agotador: como llevar a un grupo de niños al circo. Una hora después, los niños dicen que están listos para verlo de nuevo; Esto se debe a que es un conjunto de piezas de repuesto, no tiene agarre emocional(…)

(…) Es una epopeya sin sueño. Pero es probablemente la ausencia de asombro lo que explica el gran éxito especial de la película. La emoción de quienes la llaman la película del año va mucho más allá de la nostalgia a la sensación de que ahora es el momento de volver a la infancia.

John Simon en la revista New York Magazine:

Despoja a Star Wars de sus imágenes a menudo impactantes y su jerga científica de alto nivel, y obtienes una historia, personajes y diálogos de una banalidad abrumadora, sin siquiera un elenco de 'futuro' (…) Tan emocionante como los informes meteorológicos del año pasado" "caracterización trillada y verborrea mezquina" (…) "Aun así, Star Wars funcionará muy bien para aquellos lo suficientemente afortunados como para ser niños o lo suficientemente desafortunados como para nunca haber crecido".

Stanley Kauffmann en The New Republic:

La única forma en que Star Wars podría haber sido interesante fue a través de su imaginación visual y efectos especiales. Ambas cosas no son excepcionales... Esta imagen fue hecha para aquellos (particularmente los hombres) que llevan dentro de ellos un santuario portátil de su adolescencia, un cáliz de un Ser que era Mejor Entonces, antes de que los asuntos del mundo o, de cualquier manera compleja, el sexo se entrometieran.

Derek Malcolm en The Guardian:

"Visto desapasionadamente, y por supuesto eso es desesperadamente difícil en este momento, Star Wars no es una mejora del trabajo anterior del Sr. Lucas, excepto en términos de taquilla".

"Es una diversión enorme y estimulante para aquellos que están preparados para acomodarse en sus asientos y dejar que todo los inunde" (…) Los completamente descerebrados podían ir a verlo con placer. Pero juega suficientes juegos para satisfacer a los más sofisticados.

Russell Davies, en Sunday Observer:

El hombre al que no le gusta Star Wars se pone instantáneamente en el centro de una caricatura de H.M. Bateman. A su alrededor hay manos levantadas, rostros conmocionados y gritos de '¡Vergüenza!' Así que será mejor que mantenga, como dicen, un perfil bajo en este momento.

No es que no me guste mucho Star Wars. Mi queja al respecto es que no hay mucho sobre lo que tener una opinión. (…) Pero por lo demás, creo que será mejor dejar el tema a los millones de niños que pronto serán expertos en ello. Este es un éxito de preventa, pero también, para mi gusto, uno predigerido.

En el Monthly Film Bulletin del British Film Institute, Richard Combs dice:

Después de haberse elevado a la cima de la encuesta de taquilla de todos los tiempos, Star Wars ha logrado una hazaña de contabilidad espiritual más impresionante que todas las connotaciones religiosas de "la Fuerza" dentro de la película. Se ha transformado de una mera película en un fenómeno, que es a la vez una ganancia y una pérdida, ya que se vuelve casi imposible reaccionar a la película con algo más que una aprobación asombrada o un rechazo brusco.

 "interesante principalmente como un ejercicio de programación" (…) "Star Wars está monumentalmente vacía, basada no en una sola idea, sino en una gran cantidad de presunciones".

"Puede ser la primera película que atraiga a los cinéfilos que nunca soñarían con llamarse así, basándose como lo hace en una gran cantidad de tipos de películas populares".

“Sin las simples convicciones espirituales de sus predecesores, o las especulaciones filosóficas de sus contemporáneos, Lucas ha dejado a su audiencia a la intemperie, con solo tomas de efectos especiales administradas regularmente para mantenerlos calientes.”

En la revista trimestral Sight and Sound, Jonathan Rosenbaum dice:

"Actualización bien elaborada y deshumanizada de Flash Gordon con mejores valores de producción, sin matices irónicos y una batería de efectos especiales".

“Al igual que los selectores de canales de televisión a control remoto con los que a los niños les encanta jugar, y los juegos de disparos mecánicos que se encuentran en las salas de juegos, Star Wars ofrece placeres solitarios y narcisistas más que mitos comunitarios o románticos para mantener a su audiencia animando.”


Fuente: Episodio Nada: Star Wars en la década de 1970: Sin impresiones: Las críticas negativas de Star Wars en 1977