Si pusiéramos en marcha una pequeña adivinanza en la que habláramos de un director de cine cuya carrera es una constante de obsesión y perfección, seguramente muchos se llevarían el premio gordo. La figura de Stanley Kubrick resume como casi ninguna otra el trabajo concienzudo y perfeccionista, rayando la locura, en la industria cinematográfica.
El fruto de la obsesión
En los 46 años que transcurrieron desde su ópera prima, 'Fear and Desire', hasta 1999, cuando su película póstuma 'Eyes Wide Shut' llegó a los cines, el director norteamericano estuvo al frente de 13 producciones. Desde luego no es un Woody Allen, incluso tiene el récord Guinness por el rodaje más largo, del que hablaremos más adelante.
Sin entrar en justificaciones, lo cierto es que el método de trabajo de Stanley Kubrick tiene resultados de calado. Citar títulos como 'Espartaco', '¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú', '2001: Una odisea del espacio' o 'La naranja mecánica', entre otros, serviría para que muchos directores se sonrojaran en la comparativa con su propio trabajo.
Pero no todo pueden ser rosas. En muchas ocasiones la genialidad se ve acompañada de un carácter difícil de manejar, y de nuevo Kubrick es el mejor ejemplo de esto. A continuación repasamos algunos motivos por los que era tan difícil trabajar con este director.
1 Sets faraónicos
El trabajo que exigía Kubrick para sus decorados era impresionante. Sirva como ejemplo uno de '2001: Una odisea del espacio', una rueda de 11 metros de diámetro para representar la nave de la película, manejada por la inteligencia HAL. Tuvo un coste de 750.000 dólares de los 12 millones con los que contó la película. Cuando rodaba 'Eyes Wide Shut' tenía ya muy desarrollado el miedo a volar, así que mandó a los encargados de decorados a Nueva York para que midieran todas las calles y localizaciones que iban a aparecer en la película para reconstruirlas con el mayor rigor posible.
2 Con calma
No abandonamos 'Eyes Wide Shut' porque la película protagonizada por Nicole Kidman y Tom Cruise ostenta un récord: el Guinness al rodaje más largo de la historia. 400 días necesitó Kubrick para rodar todo lo que quería como lo quería. La trilogía entera de 'El Señor de los Anillos' fue filmada en 'sólo' 274 días.
3 Luz perfecta
Murray Melvin fue el reverendo Samuel Runt en 'Barry Lyndon', por lo que es perfectamente consciente de cómo era Kubrick en los rodajes. En una entrevista, Melvin ha recordado una increíble anécdota que ocurrió mientras Kubrick filmaba la película. "Una escena con miles de velas tomó una semana entera para poder realizarla. Cuando ya estaba hecha fue eliminada del metraje. El asistente del director me dijo que Stanley la miró y no le gustó cómo había quedado. Ahí fue cuando me enamoré de él. Pensé '¡eso es poder!'".
4 Duro con los actores
Es de sobra conocida la presión que Kubrick ejerció sobre Shelley Duvall, la esposa de Jack Nicholson en 'El resplandor'. La marginó en el rodaje, le quitó frases del guion y prohibió a todo el mundo presente en el set que entablase amistad con ella. A pesar de todo ello, años después Duvall reconoció que "puede que le odiara entonces, pero ahora lo veo como un director muy importante que me dio el papel de mi vida y me hizo la clase de actriz que nunca me hubiera atrevido a ser".
5 Cabezón
Para Kubrick, todo tenía que salir según el lo había preestablecido. Cuando dirigió 'Atraco perfecto' daba instrucciones muy específicas sobre cómo tenía que ser todo. El director de fotografía Lucien Ballard le sufrió, según recordó el productor asociado de la película, Alexander Singer. "Había recibido unas instrucciones sobre un plano y se puso a trabajar en ello mientras Stanley se va del set para dedicarse a otros asuntos. Vuelve unos minutos más tarde y ve que la cámara está más lejos de lo que había ordenado. 'Espera, Lucien, ¿qué haces, Lucien?'. 'He ido a hacer el plano a una distancia diferente pero con el resultado del mismo tamaño de imagen... no habrá diferencia. Es toda la diferencia del mundo porque cambia la perspectiva entera, así que Stanley miró para arriba y le dijo, 'Lucien, o mueves esa cámara y la pones donde tiene que estar o te vas del set y no vuelves nunca más'".
6 Repetitivo
De nuevo hablamos de 'El resplandor'. Kubrick le hizo repetir a Shelley Duvall hasta en 127 ocasiones la escena del bate. Otro Guinnes: esa es la escena con más tomas jamás realizada. El lloro de Wendy en esa escena es real, y Duvall acabó incluso perdiendo mechones de pelo por el estrés. El director de fotografía de la película, Garret Brown, ha atestiguado que su reputación de perfeccionista está completamente justificada. Fue en varias ocasiones a lo largo de esa película en la que repitió la misma escena más de cien veces.