Primero, un video sobre el caso especifico del fandom toxico del universo cinematografico DC, o bien podriamos decir el fandom toxico de zack snyder:
Desde el pasado fin de semana, las redes sociales están sintiendo una gran perturbación en la Fuerza: el estreno de '
Star Wars. Los últimos jedi'
ha desatado una división en el fandom de la saga inaudita en ella. Ni
las precuelas generaron a su alrededor semejante cantidad de peticiones
de fans enfadados que quieren que su guionista y director, Rian Johnson,
pida perdón, que firman en Change.org para que se retire el filme del
canon de 'Star Wars', que
han hundido su nota en Rotten Tomatoes y que
han llegado a acosar por Twitter al propio Johnson para que les dé razón en su protesta de que 'Los últimos jedi' es horrible.
Disney afirma
no estar preocupada por esta radical división de opiniones, pero
puede haber algo más tras ella que la mera decepción de unos seguidores que esperaban encontrarse con algo distinto de lo que vieron en pantalla. Como han apuntado
algunos artículos en Estados Unidos que intentan explicar por qué hay
semejante brecha
entre los elogios de los críticos y las opiniones del público sobre la
película, hay muchas razones para ello y, entrelazadas en ellas, figura
también el fenómeno de los fans tóxicos.
De qué hablamos al hablar de fandom tóxico
La expresión
fandom tóxico lleva ya unos cuantos
años circulando por internet y, sobre todo, entre los medios que cubren
cine y televisión, principalmente. En mayo de 2016 se generó una gran
controversia en esos círculos a partir de un artículo de
Birth.Movies.Death que alegaba que el fandom estaba roto porque había desarrollado el sentimiento de que
tenía derecho a que le dieran ciertas cosas,
que los creadores de sus series y películas favoritas debían escuchar a los fans como un imperativo moral porque sólo ellos sabían lo que era bueno para los objetos de su pasión.
Y si esos creadores no les dan lo que ellos quieren, vierten todo su enfado y su odio en internet.
El escritor Sam Sykes detallaba las etapas del fan tóxico en Twitter
este verano, contando la evolución desde el fan entregado al tóxico: "me
encanta esto - esto es mío - yo controlo esto - no puedo controlar esto
- odio esto - debo destruir esto". Y esas etapas se han visto este año
en, por ejemplo, '
Rick y Morty', la comedia animada de ciencia ficción cocreada por Dan Harmon. En
su tercera temporada
se ha convertido en un éxito mucho más amplio que al principio, y eso
ha llevado a que algunos fans se tomen demasiado en serio su sentimiento
de protección de la serie.
Por ejemplo, después de que el primer capítulo de la tercera
temporada hiciera un chiste sobre una salsa que McDonald's comercializó
en 1998, como parte de la promoción de la película 'Mulan'. La empresa
continuó la broma diciendo que se pensarían darle a Rick Sánchez lo que
estaba buscando, pero los fans más acérrimos
se lo tomaron todo en serio y
empezaron a exigir a McDonald's que cumpliera esa "promesa".
Por si eso no fuera suficiente,
un sector del fandom
de la serie se dedicó también a acosar por internet a dos mujeres que
habían escrito varios guiones de la tercera temporada, diciendo que
tenían la culpa de lo que ellos percibían como un bajón en la calidad de
'Rick y Morty'. El propio Dan Harmon tuvo que salir a la palestra a
criticar a esos fans, afirmando que "estos idiotas quieren proteger el
contenido que creen que les pertenece y, de algún modo, eso se combina
con su necesidad de estar orgullosos de algo que tienen, que es a menudo
su raza o su sexo".
Porque, cuando se habla de fans tóxicos, se suelen identificar con
hombres blancos heterosexuales,
pero la realidad puede ser un poco más compleja. Mar Guerrero,
investigadora especializada en transmedia y cultura fan en la
Universidad Pomeu Fabra de Barcelona, apunta que el perfil varía
dependiendo del fandom:
(Tambien podriamos mencionar el fandom toxico de muchas idols
japonesas o de cantantes de k-pop, en su mayoria compuesto de hombres
asiaticos de 20, 30 o 40 años, quienes no pueden soportar que sus
"idols" del j-pop o el k-pop no sean tan virginales como aparentan, en
un par de casos se ha desatado un cuasi infierno porque la cantante de
un grupo coreano comete el innenarrable pecado de... tener citas)
Muchas
descripciones que leemos en prensa suelen apuntar al retrato robot de
un hombre, blanco, heterosexual, de mediana edad, pero creo que es un
error centrarse en un perfil sociológico que sólo puede ser cierto para
un tipo determinado de fandom. Si hablamos de franquicias históricas
como 'Star Wars', 'Los Cazafantasmas', Marvel o DC, es el perfil que más
abunda, pero si nos adentramos por ejemplo en el mundo de las boybands o
estrellas como Taylor Swift, la toxicidad tiene la cara de una
adolescente de unos 16 años de media que, junto a otras adolescentes, se
dedica a acosar sistemáticamente a Kim Kardashian porque traicionó a
Swift.
Lo que sí tienen todos en común es su modo de comportarse: "si
atendemos a los patrones de comportamiento, sí vemos características
extensibles a cualquier fan tóxico como la agresividad en los argumentos
esgrimidos y el deseo irrefrenable de proteger su objeto de culto en el
estado que consideren más óptimo de acuerdo a su visión de ese objeto".
Internet no fue el principio del fan tóxico
Este fenómeno puede haber alcanzado mayor visibilidad en los últimos años, cuando
las redes sociales han servido de altavoz para los que protestaban por el
remake de 'Cazafantasmas' o porque
se había elegido a una actriz negra
para interpretar a Hermione Granger en el teatro. Pero internet no lo
ha creado. Mar Guerrero explica que "el fandom precede a Internet, pero
es la generalización de Internet y, posteriormente, el desarrollo de las
redes sociales lo que hace que el fandom se expanda de forma
exponencial y lo haga visible tanto a los productores de los objetos que
adoran los fans, como a audiencias generales".
Y recuerda un caso de fandom tóxico anterior a esta era de redes
sociales: el de los opositores a los cambios que George Lucas introdujo
en las remasterizaciones de la trilogía original de 'Star Wars'.
De
sobra es conocido que muchos fans de 'Star Wars' pusieron el grito en
el cielo contra los múltiples cambios que Lucas hizo en las películas
originales, y no hablamos ya de las precuelas, pero gran parte del
descontento, que derivó en amenazas de muerte, por ejemplo, quedó en el
cajón del escritorio de esos fans, o filtrado por los empleados de
Lucasfilm. Había unas cuantas barreras tecnológicas y de tiempo que
desanimaban a verter tanta bilis.
Las redes sociales, sin embargo, facilitan que esas quejas y esas muestras de odio
se compartan inmediatamente y lleguen a mucha más gente.
"Todos los estudios coinciden en que las redes sociales y las
tecnologías digitales no han supuesto una modificación considerable de
las acciones asociadas a un fandom. Lo que han hecho es "aumentar" las
posibilidades, principalmente comunicativas", explica Javier Lozano,
estudioso de este tema y profesor en la Universidad Loyola Andalucía:
"Las redes sociales y la tecnología digital, e internet en general, han
aumentado las posibilidades de conectar instantáneamente y globalmente y
han visibilizado mucho a los fandoms".
Entre la nostalgia y los prejuicios
¿Pero por qué se comportan así estos fans? ¿Por qué sienten la
necesidad de bombardear constantemente a Damon Lindelof por Twitter con
sus quejas por el final de 'Perdidos', hasta que éste abandonó esa red
social? Puede haber dos corrientes:
la nostalgia extrema y la ruptura de la identificación con los ídolos.
La primera de ellas es la que más se ha dejado ver, por ejemplo, en
las críticas a 'Los últimos jedi'. Se añaden protestas a su "corrección
política" (es decir, que ahora haya más mujeres en posiciones
importantes en la saga), pero ese
querer agarrarse a nuestros recuerdos de infancia
es el principal impulsor. Así lo ve Mar Guerrero, que apunta que "en el
caso de los fandoms de largo recorrido, como 'Star Wars', estos
comportamientos pueden atender más a un sentimiento profundo de
nostalgia, pensemos en
el típico discurso de las infancias arruinadas, que a una cuestión ideológica como pueden ser el sexismo o hasta el racismo. Es lo que estudiosos del fenómeno fan, como
Billy Proctor, llaman
nostalgia totémica”.
Eso se traduce en que
queremos mantener intacto el vínculo afectivo
que formamos con, por ejemplo, 'Regreso al futuro' cuando éramos niños.
Cualquier cambio, por mínimo que sea, amenaza con romper ese vínculo.
"El vínculo afectivo es intenso, y de ahí que se active el celo
proteccionista ante cualquier intento de cambiar la narrativa tal y como
la conocemos, porque sería como volver a casa y encontrarnos con que
nuestra madre ha tirado la manta mugrienta con la que nos gusta ver la
televisión. Nada es lo mismo sin esa manta", señala Guerrero.
La creación del vínculo afectivo es el quid de toda la cuestión.
Porque cuando la nostalgia de la niñez no juega un papel importante, lo
hace la identificación extrema con una película, una serie o un
personaje público. Un buen ejemplo son los fans de Miley Cyrus cuando
era Hannah Montana que recibieron con gran rechazo su giro hacia un
público más adulto. En palabras de Mar Guerrero, "en fandoms sin tanto
recorrido, como el de las estrellas juveniles del pop, se debe a las
aspiraciones que los fans proyectan en sus ídolos, y que éstos alimentan
desarrollando mecanismos de identificación con los fans. Funciona como
un espejo. Cuando la estrella se atreve a romper esa identificación, que
suele tener componentes de modelo de conducta para los jóvenes, puede
ser problemático, ya que el fan puede percibir que no es auténtico y
sentirse decepcionado".
La fina línea entre el fan y al anti-fan
Los fans tóxicos generan un enorme ruido en redes sociales para dejar claro su descontento, y
pueden terminar consiguiendo que sus comportamientos se asocien a todo el fandom en general
porque, para quienes no están al tanto de todas esas minucias, lo único
que les llegan son sus quejas y críticas. No es justo tomar la parte
por el todo, pero también es cierto que la línea que separa a los fans
tóxicos de los muy apasionados, a los fans de los anti-fans, puede ser
muy difusa.
"Es muy significativo que la mayoría de estudios (y me incluyo) se
centren en los fans y no en el otro lado del espectro. Por lo general,
comparten el mismo tipo de características y acciones: pasión,
engagement, involvement, discusión/debate, producción y generación de contenidos, búsqueda de información, etc.
Sin embargo, cada uno se ubica en un lado diferente del espectro.
En muchos casos en realidad la dicotomía deja de ser realmente
pertinente ya que el concepto e identidad de fan es muy impreciso:
depende del fandom del que hablemos, el contexto, la persona etc. No hay
fans modelos ni acciones generalizables a todo fan", explica Javier
Lozano, que añade que "podríamos incluso argumentar que los anti-fans y
fans siguen siendo un mismo tipo de espectador activo que vive de una
forma especial el consumo del contenido mediático. La única diferencia
son las acciones que realiza en esa interacción con el contenido
mediático: pueden reforzar y apoyar el discurso o todo lo contrario".
'Rogue One' sufrió ataques de fans que la acusaban de ser
"denmasiado políticamente correcta" porque su protagonista principal era
una mujer... y al mismo nadie se quejo de todos los hombres no blancos
que formaban el resto del elenco, lo cual es... ¿un avance?
¿Hay un límite entonces? ¿Qué diferencia al fan apasionado del tóxico? Mar Guerrero responde: "
el respeto al otro y la consciencia de que existen unos límites.
El fan apasionado está en su derecho de acordarse de los antepasados
del creador de su objeto de fandom, y estar en desacuerdo con otros fans
que lo defienden, pero hay líneas que no se deben cruzar. Por puro
sentido común".
¿Tienen influencia los fans tóxicos?
No es complicado que un fandom muy entregado acabe desarrollando conductas tóxicas, pero la cuestión es
si esos anti-fans pueden de verdad ejercer algún tipo de influencia entre el público general,
entre los no fans. Ahí entramos en un terreno resbaladizo y en el que
no se pueden extraer conclusiones definitivas. Los fans conspiranoicos
de DC que sostienen que los críticos de cine están pagados por Disney
para elogiar sistemáticamente las películas de Marvel, y vilipendiar las
de DC, no han conseguido mejorar la taquilla de '
Liga de la Justicia', y está por ver si lograrán impactar de algún modo en la carrera comercial de 'Los últimos jedi', que ha tenido
el segundo mejor fin de semana de estreno de la historia.
Hemos hecho una pequeña toma de contacto entre la redacción de Magnet y de otros sitios de Weblogs para ver
si nos dejamos llevar por las puntuaciones de Rotten Tomatoes,
por ejemplo, a la hora de decidir que queremos ver una película, y no
parecen tener tanta importancia, más allá del bombo mediático que les
demos. "La verdad es que yo nunca hago caso a ningun sitio de criticas.
Veo el trailer, y si me llama la atencion o es una peli de alguna saga o
tematica en concreto que quiera ver, voy a verla. Ya me ha pasado
alguna vez de poner la crítica a parir una pelicula y a mí encantarme, o
al revés: ponerla por las nubes y salir del cine diciendo "qué mierda
es esta". Esta opinión de Miguel es la más habitual entre nuestros
encuestados.
Disney, desde luego, no va a cambiar su estrategia con 'Star Wars'
porque los fans tóxicos creen campañas contra 'Los últimos jedi'. Casi
450 millones de dólares en la taquilla global en su primer fin de semana
son suficiente razón para ellos para no hacer caso de esas críticas.
Fuente:
https://magnet.xatak...-nuestro-tiempo