martes, 18 de junio de 2019

‘Foodfight!’: una cronología del HORROR

Por Rafa Martín, de Las Horas Perdidas.

Llamar a Foodfight! el equivalente a The Room de las películas de animación es un insulto a Tommy Wiseau. Llevo diez años escribiendo aquí. Me he comido mierda de todos los colores y a mis 33 años todavía me fascina la capacidad del cine para sorprender en cuanto a fondo de inmundicia. El barril parece no tener fin. Hace tiempo que la expresión “horror lovecraftiano” dejó de tener el peso que se merece. Y aun así quiero más. Y más. Y más. Y es por eso que tras ver Foodfight! (Lawrence Kasanoff, 2012, 2,2 en Imdb), experiencia que permanecerá como un agujero negro en mi memoria, me he decidido a colgar unos cuantos extractos en Vimeo, y a investigar de dónde vienes, Hijo de Satanás.


Aquí va el tráiler, como preparativo. Tiempo para que os bañéis en sal y yodo.

“EL GODOT DE LA ANIMACIÓN”

Así describe el film Animation Magazine, que procede a explicar la absurda cadena de acontecimientos que dieron lugar al film, como un exorcismo mal hecho.
Foodfight! está presupuestada en 50 millones de dólares, creedlo o no. La idea procedió íntegramente de la figura de un solo hombre: su director, productor y guionista Larry Kasanoff, productor de Mentiras Arriesgadas y Mortal Kombat, responsable de Threshold Productions, con sede en Santa Monica, y expectativas de convertirse “en la nueva Pixar”. “En lo que se refiere a un estudio de animación independiente, creo que somos ahora mismo lo único que hay”, declaró en junio de 2002. Por aquel entonces, explica AM, el film había alcanzado cierta relevancia en la industria por los, en principio, innumerables acuerdos comerciales firmados con diferentes marcas para aparecer en la película.
Para 2004, Kasanoff volaba en las alas de la audacia. “Somos la única compañía de animación que hace películas, series de televisión, películas directas a vídeo y atracciones de parques temáticos”, explicó al NYT. “La película”, añadió Mark Mills, productor de Motion Picture Magic –una empresa destinada únicamente a garantizar la presencia de marcas en productos audiovisuales– “luce maravillosamente”. Kasanoff anuncia una campaña de 100 millones de dólares en merchandising, asociaciones con Coca-Cola y Procter & Gamble, hasta un “posible show sobre hielo titulado Foodfight… On Ice“.
(Larry Kasanoff; foto: Monica Almeida/The New York Times)
(Larry Kasanoff; foto: Monica Almeida/The New York Times)
Llegados a este punto, dos incisos: Foodfight! es un homenaje a Casablanca que transcurre en un supermercado cuando se apagan las luces y nuestro protagonista, Dex Dogtective (Charlie Sheen), abre las puertas de su restaurante Copabanana junto a su amigo, Daredevil Dan, con voz de Wayne Brady, en una interpretación vocal tan increíblemente estereotipada que convierte a Tyrese Gibson en Bruno Ganz. La trama arranca con la presencia de dos villanos, Mr. Clipboard, con voz de Christopher Lloyd y Captain X, voz de Martin Kleba, visto en Piratas del Caribe, quien pretende imponer la llamada Marca X y despojar a todos los productos del establecimiento de su individualidad.
Vale la pena repetir solo una vez esta idea: el héroe encubierto de Foodfight! es el product placement.
Bien.
Pasemos al primer extracto, en el que Dex Dogtective informa a Daredevil Dan de sus intenciones de contraer matrimonio con Sunshine Goodness (voz de Hillary Duff) –quien es una gata pero no viene al caso–. Daredevil Dan procede a llorar de emoción. Mejor dicho. A llorar puñaditos de chocolate, de emoción.
De caca. Maldita sea. Seamos honestos. He’s crying shit. Cómo un film de 50 millones de dólares acabó en esto es un misterio que se resolverá conforme avance el post. Y es delirante.

“Tenemos la película, tenemos la propiedad, el lugar, el equipo. Estamos ahí. Va a ser un éxito extraordinario. Hemos recibido una respuesta unánimemente extraordinaria. Me estoy jugando con esta película más de lo que me he jugado en la vida”, aseguró el productor.
Seis meses después de la entrevista con Animation Magazine…

…”ME HAN ROBADO LOS DISCOS DUROS DE LA PELÍCULA”


Los aficionados a la animación conocerán el famoso incidente por el que los técnicos de Pixar estuvieron a punto de borrar Toy Story 2 por error. Quiere el destino que éste sea el único punto de conexión entre el film de Kasanoff y la compañía de John Lasseter: su proximidad a la catástrofe. El suceso nunca fue aclarado. Según la denuncia interpuesta por Kasanoff, un “acto de sabotaje industrial” fue el motivo de la desaparición de TODOS los discos duros con los archivos del film. Era 2005. El film, huelga decirlo, se perdió su fecha de estreno inicial prevista para ese año. Kasanoff, no obstante, hizo de tripas corazón y decidió remodelar el film a bajo coste desde los cimientos, sustituyendo técnicas de animación tradicionales como el squash and stretch por el más rápido motion capture… preservando la idea inicial de animar a los personajes como si fueran los Looney Tunes.
El resultado es el segundo extracto de hoy: la presentación en el film de Mr. Clipboard. Al loro con el movimiento. Y con el diseño. Y con todo.

Para aquel entonces, los animadores del film estaban completamente desconcertados en cuanto a la idea a seguir. “Podría cambiar un día y al día siguiente ser lo contrario”, explicó el artista Kenneth Wiatrak. Movidos por cierta indolencia, los animadores comenzaron a introducir gestos abiertamente sexuales entre los protagonistas del film, confiando en que nunca llegarían al producto final. Llegaron.
Conforme pasaron los meses, los patrocinadores se fueron retirando hasta que en 2011, la ausencia de una fecha de estreno motivó la retirada de los inversores y la entrada del film en un proceso de subasta. La compañía de seguros Fireman’s Fund ordenó al equipo que terminara la película tan rápido como fuera posible. “Salvamos lo que pudimos”, explicó el animador Ken Bailey.
PD: Gracias a Pandaman, aquí tenemos una comparativa entre los minutos originales previos al robo de los discos y la versión final de la película.

gif2          gif2b
gif1         gif1b

POSTMORTEM

Parte os la imagináis: no está reseñada en Rotten Tomatoes y Box Office Mojo solo indica la recaudación internacional: 73.000 dólares en tres mercados –Bulgaria, Rusia y Reino Unido, donde solo estuvo en cartel dos días, a tenor de las fechas–.
Pero parte, no. Cartoon Brew informó esta semana de un acuerdo alcanzado entre Threshold y Universal Pictures para desarrollar una serie de películas animadas. Desde el destrozo de Foodfight!, Kasanoff ha caído de pie y ha levantado películas directas a vídeo, también basadas en marcas, como Bionicle: The Legend Reborn (aquí os dejamos el tráiler; en comparación es 2001).
Dudo que haya una secuela de Foodfight!, dudo que Threshold y Kasanoff, “que cuentan con un historial demostrado a la hora de producir calidad y excelencia tanto en historia como en animación”, en palabras del responsable de la división de entretenimiento Universal 1440, Glenn Ross, se atrevan con ello. No lo sabremos hasta que suceda porque Kasanoff no puede hablar de este tema por motivos legales, según ha explicado su abogado al NYT. Así que solo podemos especular, y cuando la nostalgia llame, revisitar esta obra magna, presidida por un momento absolutamente culminante, como es el homenaje a la Marsellesa: En La Boca del Miedo, A Serbian Film, El Resplandor y la filmografía entera de Jörg Buttgereit destiladas en dos minutos de pura atrocidad.
Humanidad, yo te repudio.
Aquí el critico de la Nostalgia se sacrifico por todos nosotros y la reseño entera: